Este martes 9 de septiembre se cumple un año de la guerra interna en el Cártel de Sinaloa, conflicto que ha dejado mil 833 personas muertas, según el Reporte de Incidencia del Fuero Común del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

De acuerdo con cifras oficiales, entre septiembre de 2024 y julio de este año, los homicidios registraron un repunte que colocó a Sinaloa entre los estados más violentos del país.

Del total de las víctimas, casi nueve de cada 10 fueron asesinadas con disparos de armas de fuego, de acuerdo con el informe de seguridad.

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum atribuye el origen de la guerra en Sinaloa al presunto secuestro de narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, ocurrido el 25 de julio de 2024, quien fue traicionado por su ahijado Joaquín Guzmán López que lo trasladó contra su voluntad a territorio estadounidense en una aeronave.

Desde entonces Sinaloa ha vivido días sangrientos, con reporte de robos, homicidios, desapariciones y balaceras constantes.

El pasado 25 de julio, «El Mayo» Zambada se declaró culpable de los cargos de narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas en un tribunal de Nueva York e hizo un llamado al cese la violencia en Sinaloa, un mensaje que sustituye al de la autoridad.

«Mi cliente hace un pedido a la población de Sinaloa para que mantenga la calma, actúe con moderación y evite la violencia», afirmó Frank Pérez, abogado de Zambada, en un comunicado difundido al término de la audiencia donde el cofundador del Cártel de Sinaloa aceptó su culpabilidad.

«El Mayo», en palabras de su abogado, considera que «su comunidad» debe «mirar hacia la paz y la estabilidad para el futuro del estado» de Sinaloa.

Este domingo 7 de septiembre, un contingente de cientos de personas salió a marchar en Culiacán, Sinaloa.

Vestidos de blanco y con pancartas, los ciudadanos se reunieron en la zona de La Lomita para pedir seguridad, exigir la localización de sus familiares y justicia por los asesinados.

Tras la marcha, el gobernador Rubén Rocha Moya reconoció el clima de violencia que se vive en el estado y admitió que en Sinaloa no hay paz.