Un análisis del Los Angeles Times reveló que casi el 70% de los migrantes detenidos en las redadas del ICE en Los Ángeles entre el 1 y el 10 de junio no tenía antecedentes penales, lo que contradice el discurso oficial del gobierno de Estados Unidos. De las 722 personas arrestadas, el 58% nunca había sido acusado de delito alguno, según datos del Proyecto de Datos de Deportación de la Universidad de California en Berkeley.

La operación migratoria, promovida por la Casa Blanca y supervisada por el Departamento de Seguridad Nacional, fue anunciada como una ofensiva contra “delincuentes peligrosos y narcotraficantes”, pero en la práctica afectó mayoritariamente a trabajadores sin historial criminal. La alcaldesa Karen Bass criticó que los arrestos se dieran en lugares como tiendas y centros laborales, y no en espacios de alto riesgo. “No era una guarida de narcos, era un Home Depot”, sentenció.

Los datos también muestran el perfil de los detenidos: la edad promedio era de 38 años, casi todos hombres, y con una composición principalmente mexicana (48%), guatemalteca (16%) y salvadoreña (8%). Activistas locales denuncian que las redadas se están centrando en migrantes vulnerables, sin prioridad real de deportación, y advierten sobre un uso político del aparato migratorio con fines electorales.