La inflación en Estados Unidos aumentó 2.9% en agosto respecto al año anterior, acumulando tres alzas en los últimos cuatro meses y situándose por encima del objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal (Fed). El incremento coincide con la aplicación de nuevos aranceles a productos importados y con el reciente recorte de la tasa de interés clave por parte del banco central.

Pese al aumento de precios, el presidente Donald Trump aseguró ante la ONU que “la inflación ha sido derrotada”, mientras el titular de la Fed, Jerome Powell, afirmó en agosto que los riesgos inflacionarios habían disminuido. Sin embargo, economistas y analistas advierten que la reducción de tasas y la expansión de aranceles podrían mantener la inflación elevada por más tiempo y afectar la credibilidad de la institución encargada de controlarla.

El costo de varios bienes continúa al alza: los alimentos subieron 2.7% interanual, mientras que el precio del café aumentó casi 21% por aranceles del 50% a Brasil y condiciones climáticas adversas. Expertos sostienen que, si los aumentos persisten, las empresas podrían seguir trasladando los mayores costos a los consumidores, generando presiones inflacionarias adicionales en los próximos meses.