
Han pasado 59 horas y cuatro votaciones desde que el gobierno de Estados Unidos cerró parcialmente después de que el Congreso no llegara a un acuerdo para el prespuesto de 2026 en las dos votaciones que se hicieron antes del 1 de octubre y en las dos posteriores.
La noche del 30 de septiembre, los demócratas y republicanos no lograron aprobar alguno de los proyectos presentados en la ronda de votación que cada uno de los partidos tenían, lo que provocó al primer cierre de gobierno en siete años.
Posteriormente, el miércoles 1 de octubre el Senado convocó a sesión para intentar levantar la suspensión parcial de las operaciones federales, pero también fracasaron.
Al igual que sucedió el martes en los dos últimos intentos por evitar el cierre la propuesta de los demócratas fue derrotada por 53 votos frente a 47 y la de los republicanos no prosperó al sumar solo 55 votos a favor y 45 en contra. Las propuestas necesitan de 60 sufragios para ser aprobados.
Los senadores demócratas John Fetterman, de Pennsylvania, y Catherine Cortez Masto, de Nevada, se desviaron de la postura de su partido y, al igual que ayer, volvieron a respaldar la propuesta republicana, la que de momento está más cerca de ser ratificada.
Tras no haber logrado un acuerdo, los legisladores decidieron entrar a un receso, el cual se levantará este viernes y reanudará las votaciones para intentar aprobar un presupuesto.
Para brindar los sufragios necesarios al paquete republicano los liberales han dicho que necesitan que se renueven subsidios del programa «Obamacare» que expiran este año y que se revoquen recortes en materia sanitaria incluidos en la gran ley de rebaja fiscal y presupuestaria que impulsó el presidente Donald Trump, algo que los conservadores sólo quieren negociar una vez se aprueben las partidas económicas.
Se estima que el cierre de gobierno afecta alrededor de 1.4 millones de trabajadores federales; 700 mil han sido suspendidos, mientras que el resto no recibe una nómina.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos suspendió a un 41% de sus casi 80 mil empleados, según un plan de contingencia publicado en su sitio web.
Como parte de ese plan, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), con sede en Atlanta, continuarían monitoreando los brotes de enfermedades, mientras que las actividades que se detendrán incluyen la investigación sobre riesgos para la salud y formas de prevenir enfermedades.
Mientras tanto, la investigación y la atención al paciente en los Institutos Nacionales de Salud se verían trastornadas. Los pacientes actualmente inscritos en estudios en el hospital de investigación conocido como House of Hope (Casa de la Esperanza) continuarán recibiendo atención. Los pacientes que esperan terapias experimentales no podrán inscribirse excepto en circunstancias especiales, y tampoco comenzarán nuevos estudios.
En la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), no acepta nuevas solicitudes de medicamentos o presentaciones de dispositivos médicos que requieran el pago de una tarifa de usuario.
Por su parte, el Servicio de Parques Nacionales planea suspender a dos tercios de sus empleados mientras mantiene los parques en gran medida abiertos a los visitantes durante el cierre federal, según un plan de contingencia publicado el martes por la noche.
Los sitios podrían cerrar si se está causando daño a los recursos del parque o si se acumula basura.
Por su parte, la Embajada de Estados Unidos en México anunció que reduciría sus operaciones hasta que finalizara el cierre de gobierno y que su contenido en redes sociales sería actualizado sólo si se tratara de alguna emergencia.