El reciente acuerdo comercial alcanzado entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha generado críticas entre representantes empresariales de la Unión Europea, quienes lo consideran desfavorable para el bloque.

El pacto establece un arancel del 15% a todas las exportaciones de la UE hacia Estados Unidos, mientras que las exportaciones estadounidenses ingresarán al mercado europeo sin aranceles. A cambio, la UE se comprometió a comprar energía estadounidense por 750 mil millones de dólares e incrementar sus inversiones en defensa por 600 mil millones.

El consejero delegado de la patronal irlandesa IBEC, Danny McCoy, calificó el acuerdo como “bastante dañino” y aseguró que Bruselas “se doblegó”. A pesar de que el pacto brinda certidumbre, McCoy advirtió que provocará pérdidas a empresas europeas que comercian con Estados Unidos.

El sector del acero también reaccionó con preocupación. La patronal Eurofer señaló que el impacto del acuerdo es “dramático”, debido a que el acero europeo seguirá sujeto a un arancel del 50%. La organización criticó la falta de claridad sobre una posible vuelta al sistema de cuotas, como el vigente durante el gobierno de Joe Biden.

El expresidente ruso Dmitri Medvédev se sumó a las críticas, calificando el acuerdo como “antirruso” y “humillante” para Bruselas, al tiempo que lanzó declaraciones ofensivas contra los funcionarios europeos.
A pesar de las críticas, líderes como el primer ministro irlandés, Micheál Martin, defendieron el acuerdo por evitar una guerra comercial y dar previsibilidad a las empresas europeas.