
El presidente Joe Biden ha anunciado la posibilidad de cerrar la frontera entre Estados Unidos y México como parte de un acuerdo fronterizo en el Congreso, el cual también garantizaría financiamiento para Ucrania. El acuerdo, que ha enfrentado obstáculos, busca un enfoque bipartidista para solucionar problemas en el sistema de inmigración.
Biden expresó su apoyo al proyecto de ley, destacando su importancia para el país y su sistema de migración. Sin embargo, su afirmación de que cerraría la frontera «ahora mismo» en caso de que el Congreso aprobara el acuerdo es más política que normativa, ya que busca contrarrestar críticas sobre su manejo de la migración en un momento en que este tema preocupa a los estadounidenses de cara a las elecciones presidenciales.
Es importante señalar que el cierre de la frontera propuesto por Biden no afectaría el comercio ni el tránsito de ciudadanos estadounidenses y residentes legales. El presidente se refiere a una autoridad de expulsión que se activaría en caso de que los cruces ilegales superaran ciertos umbrales, suspendiendo temporalmente las revisiones para otorgar asilo.
El acuerdo busca cambiar la forma en que se procesan los casos de asilo, con el objetivo de reducir el tiempo de resolución y elevar los requisitos para solicitar asilo. Aunque la administración Biden ha buscado una reforma migratoria integral, el acuerdo enfrenta desafíos y es probable que no sea aprobado en el Congreso.
El discurso de Biden recuerda las promesas de cierre fronterizo hechas por el expresidente Trump. Sin embargo, Biden no cuenta con la autoridad unilateral para cerrar la frontera de manera completa; cambios significativos requerirían respaldo legal del Congreso.
El futuro del acuerdo es incierto, ya que enfrenta resistencia, especialmente entre los republicanos que desean vincular la ayuda a Ucrania con medidas más estrictas en la frontera. El cierre de la frontera no es inminente, y el Congreso debe actuar para implementar cambios significativos en la política migratoria.