Las acciones de Boeing se desplomaron un 8% en las operaciones previas a la apertura de Wall Street este jueves, tras el accidente de un avión 787-8 Dreamliner de Air India que se estrelló poco después de despegar desde Ahmedabad, con 242 personas a bordo. El siniestro ha dejado “muchas personas muertas”, según confirmó el ministro federal de Salud de India, y ha vuelto a generar dudas sobre la seguridad de uno de los modelos más emblemáticos de la firma estadounidense.

El impacto financiero y reputacional es considerable, ya que este es el primer accidente fatal registrado con un Dreamliner 787, una aeronave que hasta ahora mantenía un historial de seguridad sin precedentes entre los aviones de fuselaje ancho. El incidente supone un revés para los intentos de Boeing de recuperar la confianza de clientes e inversionistas, tras años marcados por fallos técnicos y dos tragedias asociadas al modelo 737 MAX.

La compañía emitió un breve comunicado en el que aseguró estar “al tanto de los reportes iniciales” y trabajando para recabar más información. Mientras tanto, el nerviosismo se reflejó también en los proveedores clave del 787: las acciones de Spirit AeroSystems y GE Aerospace responsables de componentes estructurales y motores, respectivamente cayeron alrededor de un 4% cada una.

Con esta caída, las acciones de Boeing se cotizaban en 196.75 dólares por unidad, lo que podría entorpecer sus planes de aumentar la producción bajo el liderazgo del nuevo director ejecutivo, Kelly Orthberg, quien asumió el cargo a principios de año con el objetivo de estabilizar la compañía tras una serie de crisis internas.