El Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC, por sus siglas en inglés) implementó una política que prohíbe la participación de mujeres transgénero en todas las competencias femeninas organizadas bajo su jurisdicción. Esta decisión responde a la orden ejecutiva 14201, firmada por el presidente Donald Trump en febrero de este año.

La normativa, titulada “Keeping Men Out of Women’s Sports” (Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos), exige que las organizaciones deportivas excluyan de las categorías femeninas a cualquier atleta asignada hombre al nacer. El USOPC actualizó su política interna de seguridad para atletas el pasado 22 de julio, obligando a todas las federaciones deportivas nacionales a alinearse con la nueva directiva federal si desean conservar fondos y reconocimiento oficial.

Aunque el texto no menciona directamente a las personas transgénero, el lenguaje utilizado alude a la necesidad de preservar la “justicia y seguridad” en el deporte femenino, lo cual ha sido interpretado como una exclusión total de mujeres trans en dichas categorías. La medida entrará en vigor el 1 de agosto de 2025.

Diversas organizaciones de derechos civiles y deportivas han condenado la decisión, acusando al USOPC de ceder a presiones políticas y de poner en riesgo la integridad y el bienestar de atletas trans. Algunos grupos anticipan acciones legales y apelaciones ante organismos internacionales, como el Comité Olímpico Internacional (COI), que aún permite cierto margen de inclusión bajo criterios hormonales.

Esta prohibición marca un precedente sin precedentes dentro del olimpismo estadounidense y podría impactar la participación de atletas en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.