Adriana Ruano ganó este miércoles en el campo de tiro de Chateuraux una histórica medalla olímpica en foso en París 2024, la primera de oro para Guatemala un país que jamás había subido a lo más alto del podio en la justa olímpica.

Fue una victoria aplastante, con récord olímpico de 45 platos, cinco más que la siguiente clasificada, la italiana Silvana Maria Stanco. El bronce fue para la australiana Penny Smith, con 32.

La histórica presea de oro de Ruano, ocho meses después de dar un aviso con su triunfo en los Juegos Panamericanos de Santiago, es la segunda medalla de los Juegos de París para Guatemala, las dos en tiro, tras el bronce ganado el martes por Jean Pierre Brol en el foso masculino.

Antes de ellos la única medalla olímpica para Guatemala era la plata de Erick Barrondo en los 20 km marcha de Londres 2012.

Una grave lesión de columna acabó con el sueño de Adriana Ruano de ser una gimnasta olímpica en 2011. Trece años después, se presentó a competir como tiradora y atrapó la primera medalla olímpica de oro de Guatemala en su historia.

Ruano se entrenaba para el campeonato mundial de gimnasia de 2011, clasificatorio para los Juegos de Londres un año después, cuando sintió un fuerte dolor en la espalda.

Una resonancia magnética que la entonces gimnasta de 16 años tenía seis vértebras dañadas — una lesión que puso fin a su carrera. El doctor de Ruano le recomendó competir en el tiro si quería participar de un deporte que no iba a causarle molestias adicionales a la espalda. Y ahora es la mejor de todo el mundo.

Lo contrario que las tiradoras españolas: Molné, debutante olímpica a sus 20 años, hizo un 5 de 5 en esa aparte inicial y tuvo un error en todas las demás. Mejor en todo caso que Fátima Gálvez, que entró en la final con cuatro fallos de cinco y no pudo aspirar a mucho. Evitó ser la primera eliminada -lo fue la china Cuicui Wu-, pero cayó en la siguiente serie. La granadina, campeona de Tokio 2020 en foso mixto, se quedó en 23 aciertos.

En la segunda mitad de la competición Ruano se mostró cada vez más segura: cinco, cuatro, cinco y cinco platos rotos, con unos nervios de acero, mientras sus rivales iban cayendo.

La lista de países campeones olímpicos creció gracias a una nutricionista deportiva que puso el nombre de Guatemala en lo alto de un podio. La ‘pequeña gigante‘, tiradora desde los 17 años, cumplió su sueño. Lloró en el podio, bajo el cielo plomizo de Chateauroux, la lejana sede de tiro de los Juegos de París. Hermanada ya para siempre con Guatemala.