Aviones de combate israelíes atacaron objetivos en la Franja de Gaza el viernes 1 de diciembre, poco después de que finalizara una tregua de una semana, mientras la guerra con Hamás se reanudaba con toda su fuerza. En el cielo del asediado enclave podían verse columnas de humo negro e Israel arrojó volantes sobre zonas del sur pidiendo su evacuación, lo que podría indicar una ampliación de su ofensiva.
En Israel se activaron las sirenas antiaéreas en tres granjas comunitarias próximas a Gaza, lo que sugiere que los insurgentes habrían reanudado también sus ataques, aunque no se reportaron incidentes. La reanudación de las hostilidades avivó la preocupación por la suerte de los palestinos en el pequeño territorio costero, así como por los cerca de 140 rehenes que siguen retenidos allí tras la liberación de más de un centenar durante la tregua.