
Se les dice “Chatarra” por ser comercializados sin aprobación sanitaria, y por ser ofrecidos en el mercado negro. Y pueden generar severos riesgos para la salud, e incluso la muerte de miles de mexicanos, advierte la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).
Fernando Fon, director de Asuntos Regulatorios de la AMIIF, aseguró que dichos productos comenzaron a filtrarse desde países como Rusia y Pakistan, a raíz de una clausula publicado en enero del 2020, que permitió “comprar medicamentos en cualquier lugar del mundo”, aunque no cuenten con un registro sanitario. Debido a la pandemia por COVID-19.
La verdadera problemática radica en que al ser de origen desconocido, dichos medicamentos no aseguran tener el proceso adecuado para su almacenamiento y fabricación, ya que en el marco legal, un fármaco debe de tener por lo menos 12 años de investigación detrás.
“Por lo que se desconoce si cumplen a razón de esta evaluación de nuestros científicos con tres criterios: seguridad, calidad y eficacia”, señalo Fon.
De acuerdo con la Coalición por la Salud Digital en México (Cosadim), uno de cada 10 medicamentos que circulan en México es falsificado o de baja calidad, lo que pone en riesgo y retrasa la recuperación de la salud de las personas.