Según información proporcionada por las autoridades el martes, las detenciones por cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México disminuyeron en un 50% durante enero en comparación con los máximos históricos de diciembre. Este marcado declive, el tercero con la menor cantidad de arrestos durante la presidencia de Joe Biden, es una noticia positiva para la Casa Blanca en medio de la creciente preocupación sobre la migración de cara a las elecciones presidenciales de este año.

El comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), Troy Miller, atribuyó esta reducción a factores estacionales y a medidas de control más estrictas implementadas tanto por Estados Unidos como por México. En total, se realizaron 124,220 arrestos en enero, en comparación con los 249,735 registrados en diciembre, la cifra más alta hasta la fecha.

Aunque las detenciones de venezolanos disminuyeron significativamente, se advierte que esta disminución podría ser temporal, ya que otras regiones como Panamá reportaron un aumento en el número de migrantes atravesando la región del Darién en enero. En este contexto, Miller señaló que persisten problemas significativos en la frontera que superan la capacidad del sistema de migración.

Tucson, Arizona, fue el sector con mayor actividad de cruces ilegales, seguido por San Diego. Sin embargo, en sectores como Del Río, Texas, y Rio Grande Valley, las detenciones cayeron considerablemente en comparación con diciembre.

Aunque la disminución de arrestos es un alivio para las autoridades, la situación en la frontera sigue siendo un tema crítico, especialmente considerando la cantidad total de encuentros, que fue de 176,205 en enero, incluyendo a los migrantes que se les permitió ingresar a Estados Unidos por la vía legal.

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