El gobierno federal tiene identificados a por lo menos siete asociaciones criminales responsables de la extorsión a productores de limón en Michoacán. De acuerdo con documentos obtenidos por los hacktivistas de Guacamaya, así como informes del gabinete de seguridad nacional, en los últimos meses, estos grupos son remanentes de asociaciones relacionadas con cárteles supuestamente extintos o que, entre ellos, formaron alianzas para dar origen a nuevas células encargadas de cometer distintos delitos.

Las agrupaciones son:

Los Viagras

Los Blancos de Troya

Cártel de Tepalcatepec

Los Caballeros Templarios

Cártel de Zicuirán

Cártel Jalisco Nueva Generación

Cártel de la Virgen

Las extorsiones y amenazas contra los productores, así como los trabajadores, se registran a pesar del despliegue de fuerzas federales, de operativos realizados entre los tres niveles de gobierno, e incluso, tras el surgimiento de grupos de autodefensa en 2013 para proteger a los habitantes y productores por los cobros de cuota de Los Caballeros Templarios.

El asedio contra los dueños y trabajadores dedicados a la siembra y cosecha del limón, incluyen, por lo menos, cuatro productores asesinados por el crimen organizado en tierra caliente, Michoacán. Los homicidios fueron cometidos tras denunciar el cobro de extorsiones o cuotas.

Las cuotas que las organizaciones criminales piden a los dueños de parcelas, han obligado a los dueños a suspender la producción del cítrico o incluso aumentar su precio para compensar el pago que les exigen las organizaciones criminales.

El crimen más reciente es el de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, y de la Asociación Nacional de Citricultores en México, privado de la vida por un sicario el pasado 20 de octubre.

El pasado 14 de enero, Ramón Paz Salinas, maestro y productor de limón, murió al estallarle un artefacto explosivo tipo mina, cuando circulaba en su camioneta en el municipio de Apatzingán, Michoacán.

Dos meses antes, el 30 de noviembre de 2024, Rogelio Escobedo, fue asesinado cuando circulaba en la carretera Cuatro Caminos-Apatzingán, a la altura de El Ceñidor, perteneciente al municipio de Parácuaro. Antes de ser ejecutado denunció amenazas, así como extorsiones.

El entonces presidente, José Luis Aguinaga es otro de los productores asesinados. El 12 de septiembre de 2024 fue privado de la vida con múltiples disparos de arma de fuego al negarse a pagar extorsiones. Su cuerpo fue encontrado en la comunidad de La Ruana, Buenavista.

Tras el crimen, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, comentó que el Ejército se encontraba en la zona para evitar más agresiones, así como aumento del precio del limón.

“Ya está interviniendo el Ejército, la Guardia Nacional y la policía estatal para dar protección a los productores. No deja de llevar esto a que aumente el precio del limón, pero espero que sea transitorio; hay quienes hablan de 26 pesos por kilo, otros que menos, pero estamos atendiendo”, sin embargo, 13 meses después el problema no solo no fue transitorio, sino que se ha recrudecido.