El destino turístico de Tulum, Quintana Roo, atraviesa una de sus peores crisis de afluencia en años. Playas vacías, calles sin movimiento y hoteles sin huéspedes reflejan la caída drástica del turismo en una zona que hasta hace poco era reconocida mundialmente como uno de los principales atractivos del Caribe mexicano.

Empresarios del sector hotelero y de servicios turísticos atribuyen la baja ocupación a diversos factores, entre ellos el arribo de sargazo, la corrupción en los servicios turísticos y las restricciones de acceso en áreas naturales como el Parque del Jaguar. De acuerdo con reportes oficiales, la ocupación pasó de 62.6% a finales de julio a 54.2% en la primera semana de octubre, una reducción de 8.4 puntos porcentuales. Algunos operadores locales aseguran pérdidas de hasta 80% en sus ingresos.

Cuestionada sobre la situación, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo señaló que el turismo en el país mantiene un crecimiento general y que lo ocurrido en Tulum “es un caso particular”. Añadió que el gobierno federal analiza junto con la Secretaría de la Defensa Nacional las quejas por el acceso a las playas del Parque del Jaguar, con el fin de atender los reclamos del sector turístico y visitantes.