Los gobiernos de Tailandia y Camboya acordaron este lunes un alto al fuego inmediato e incondicional tras cinco días de intensos enfrentamientos armados en su frontera, que han dejado al menos 35 muertos y cerca de 291 mil personas desplazadas.

La tregua fue anunciada por el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, quien fungió como mediador en las negociaciones llevadas a cabo en Kuala Lumpur. En la reunión participaron también representantes de Estados Unidos, como coorganizador, y de China, en calidad de observador. El cese de hostilidades entrará en vigor a partir de la medianoche, hora local.

El conflicto, que estalló el pasado 24 de julio, se concentró en las provincias fronterizas de ambos países, donde se emplearon artillería pesada, aviones de combate y cohetes. Aunque las causas inmediatas no han sido confirmadas oficialmente, las tensiones se remontan a disputas territoriales históricas que datan del siglo XX. No obstante, analistas han señalado posibles motivaciones políticas internas y acciones contra redes criminales como factores detonantes.

Hasta el momento, las autoridades tailandesas reportan 22 muertos, mientras que Camboya ha confirmado 13 decesos. También se registran decenas de heridos en ambos bandos.

El Consejo de Seguridad de la ONU abordó el tema el viernes pasado y diversos gobiernos emitieron llamados al cese de la violencia. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respaldó las negociaciones y sostuvo conversaciones con los líderes de ambas naciones en días recientes.