Desde el 1 de diciembre, el Gobierno de México, suspendió las deportaciones de migrantes a sus países origen. Agentes del INM ya no se acercan a los migrantes, su testimonio coincide con lo visto en Ciudad Juárez, donde ninguna autoridad mexicana hace presencia ante las decenas de migrantes que esperan, junto al Río Bravo, un descuido en el rondín que realiza la Guardia Nacional de Texas para cruzar un alambrado de púas, pararse frente al muro metálico y formar una fila, en espera de que los reciban los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Óscar Ibáñez, representante de la gobernadora en Ciudad Juárez, augura que la creciente llegada de migrantes podría generar el cierre comercial de uno de los cruces internacionales, como sucedió semanas atrás cuando el gobernador de Texas, Greg Abbott, instaló revisiones a la salida del puente Córdova de las Américas, lo que generó pérdidas millonarias.

El INM ya no tiene ninguna estancia migratoria en Ciudad Juárez, “la más cercana está en Janos, a 208 kilómetros”, dice Ibáñez y recuerda que el gobierno federal hizo un compromiso con la gobernadora y con las autoridades estadunidenses para realizar operativos e implementar mecanismos de protección a migrantes.

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